Saludo de cortesía. [Clary]

La joven de cabellos rojos como el fuego, se encontraba acomodada en el largo sillon de la sala de su acogedora casa. Un cuaderno descansaba en sus piernas mientras su mano derecha sostenía un lápiz, esperando hasta que la imaginación fluyera y así comenzara a deslizaras suavemente por el delgado papel. Clarissa manteniala vista fija en la hoja blanca del cuaderno, parecía tan vacía... Y de hecho así lo estaba, pero Clary aun no lo daba por hecho. Su mano se acerco al papel trazando con el lápiz una frágil línea, parecía que al fin algo había llegado a la mente de la chica cuando de la nada soltó el lápiz y arranco la hoja, arrugandola y tirandola al suelo.

Clary se reincorporo quedando sentada en el sillón en vez de a medio acostar, sus codos se encontraban acomodados sobre las piernas y sus manos sostenían y a la vez le ocultaban el rostro. La joven no podía creer lo que estaba experimentando, jamás había sentido tanta frustración como aquel día y todo empeoro cuando los recuerdos de su mejor amigo le llegaron a la mente. Hace días que no hablaba con Simon y eso era una de las razones por las que su animo se encontraba tan decaído. Había tratado de hacer todo para distraerse y olvidar a Simon pero le había sido imposible, lo único que quería hacer era tomar un abrigo y salir corriendo a la casa de Simon, pero sabia que no seria tan sencillo como parecía. Dos leves golpes en la puerta la trajeron de vuelta a la realidad, Clary se levanto del sillón acomodandose un poco el cabello y planchando sus ropas, se detuvo frente a la puerta y suspiro antes de tomar la manija y darle vuelta, cuando la puerta se abrió completamente y sus ojos se encontraron con aquel rostro tan familiar, su corazón dio un vuelco y Clary salió disparada hacia los brazos de Simon.-